Fecha: 12 de Septiembre de 2025
Reformar un baño siempre supone un reto, pero hacerlo en un espacio abuhardillado o bajo cubierta, añade un grado extra de complejidad… y de encanto. Los techos inclinados y la presencia de ventanas de tejado ofrecen limitaciones, pero también oportunidades únicas para crear un ambiente acogedor, funcional y muy especial.
Este proyecto de reforma tenía precisamente ese desafío: transformar un baño en la última planta de la vivienda, con cubierta inclinada y un lucernario, en un espacio moderno, práctico y lleno de luz.
El gran protagonista: la ducha bajo el tejado
Lo primero que llama la atención es la ducha amplia y luminosa situada justo bajo la ventana de tejado. Aprovechar esta zona inclinada con un gran banco de obra fue una decisión inteligente: no solo se gana comodidad y funcionalidad (ideal para sentarse o apoyar productos), sino que además se integra perfectamente con la geometría del techo.
La mampara de cristal a medida, con perfilería minimalista, permite que la luz natural bañe todo el espacio sin obstáculos visuales. Al abrir la ventana, la sensación es casi de ducha al aire libre, una experiencia única que solo un baño en buhardilla puede ofrecer.
Materiales y estilo
Se ha optado por un revestimiento cerámico en tonos blancos, con texturas sutiles que aportan dinamismo sin recargar. El suelo continúa la misma línea clara, reforzando la amplitud y luminosidad del conjunto.
El mueble de lavabo en madera natural contrasta con suavidad, aportando calidez al diseño. El espejo enmarcado y el conjunto de grifería en acabado cromado refuerzan el estilo contemporáneo y elegante.
Ventajas de un baño abuhardillado
Aunque al principio pueda parecer un espacio complicado de diseñar, un baño en buhardilla ofrece:
La reforma ha conseguido transformar un baño con limitaciones estructurales en un espacio lleno de encanto, luminoso y perfectamente adaptado a la vida diaria.